La motivación es el resorte que
nos activa en busca de resultados. Una vez satisfechas nuestras necesidades
básicas, los trabajadores buscamos afecto, reconocimiento, autorrealización,
autonomía e incluso el poder, tanto cuanto mayor sea nuestra cualificación.
Cada persona es diferente y las
condiciones por las que se motiva son también dispares. Los vendedores también.
Algunos son incapaces de motivarse si no ven dinero; otros lo que quieren son
cargos cada vez mejores; otros, un despacho más luminoso o más grande; otros,
más atención por parte de sus superiores, etc..
Hay una serie de necesidades
base como la remuneración, las condiciones de trabajo, la calidad de dirección,
las relaciones de grupo, la seguridad o la imagen de empresa. Pero también una
serie de motivaciones superiores que se identifican con un trabajo interesante,
éxitos, reconocimiento o responsabilidades. En todo caso, la automotivación
resulta más efectiva que las iniciativas de los jefes para dinamizar grupos.
“Lo más importante para motivarse son los sueños”, si se considera que los
retos personales, el desarrollo del individuo y el dinero como principales
elementos motivadores, también se ha de descubrir el sueño de cada persona y
cooperar para su cumplimiento.
COMO FAVORECER LA AUTOMOTIVACIÓN
- Deja que tus colaboradores elijan como hacer su
trabajo. No rechaces propuestas para hacer cosas diferentes, ni descartes
nuevas aproximaciones a viejos asuntos. Se receptivo.
- Incita a las personas a asumir responsabilidades.
Demuestra tu aprecio cuando alguien acepta el encargo de sacar adelante una
tarea complicada.
- Ten una actitud positiva respecto al trabajo en
equipo y la integración e interrelación personal del grupo.
- Se tolerante con las personas que aún no son
diestras en el manejo de situaciones o tareas.
- Mantén a las personas informadas siempre que sea
posible.
- Busca tiempo para charlar con tus colaboradores,
no limites tu relación a saludarlos mecánicamente.
- Asígnales objetivos y desafíos concretos. Recuérdalo
durante las reuniones y destaca positivamente a los que cumplan su parte del
proyecto.
- Anímalos con asiduidad y demuéstrales tu afecto.
Se proactivo.
- Respeta tus compromisos y nunca prometas nada
que no puedas cumplir.
- Defiende a tu equipo. En caso de conflicto
escucha siempre a todas las partes implicadas antes de tomar una decisión.
- No esperes a la reunión anual de resultados para
valorar su trabajo. El seguimiento demuestra interés.
- Deja a las personas hablar sobre lo que les
motiva y escucha con atención.
FACTORES QUE MOTIVAN A TODOS LOS PUBLICOS
Todos tenemos alguna razón que nos mueve a poner
mayor interés en conseguir ciertos objetivos personales, profesionales o
laborales. No hay una receta mágica, pero si una serie de medidas que sirven
para ello:
- Promociones en la organización.
- Participación en la fijación de objetivos. Hacer partícipes
a los vendedores de los objetivos de la empresa e implicarlos en su consecución
es otra forma de motivar. Compartir objetivos y determinar los objetivos como
una tarea de equipo ayuda a fomentar una relación dinámica de grupo. Si además
se complementa con una información fluida los resultados pueden ser
espectaculares.
- Autonomía creciente. Evitar la sensación de enfrentarse
solos a los clientes también ayuda. Facilitar un equipo de apoyo a cada
vendedor. Los vendedores sienten que son importantes en sus organizaciones.
- Pedir y utilizar ideas. No hay una forma correcta de hacer
las cosas. Escuchar a quienes están en primera línea frente a los clientes y
adoptar e implantar sus ideas les da alas. Conciencia a los vendedores de que
su papel es tomado en cuenta y son importantes en su organización.
- Comunicar bien. El mismo curso, el mismo método, pero los
resultados en las oficinas más pequeñas y con menos gente son mucho mejores. La
respuesta está en la comunicación.
- Concursos de ventas. Es un clásico en desuso. Puede llegar a
confundirse competitividad con competencia. En ocasiones, la competencia entre
vendedores puede perjudicar a los clientes y afectar aspectos éticos de la
venta.
- Trabajo en equipo. La gente está más dispuesta a trabajar si
se siente parte de un proyecto.
- Funciones cambiantes y cada vez más complejas. Atribuir
responsabilidades a los miembros más eficientes de un equipo ayuda a mantener
alta la autoestima de estos. Es muy importante no equivocarse a la hora de
elegir a las personas que recibirán más atribuciones.
- Felicitaciones (públicas), reconocimiento de méritos y resultados.
Reconocer ante los restantes miembros del equipo la labor y los resultados de
uno de sus miembros es una poderosa herramienta de motivación. Implica atención
y reconocimiento de un trabajo bien hecho, además de abundar y orientar acerca
del camino a seguir.
- Apoyo y defensa ante la empresa. Esta actitud crea lazos de
lealtad hacia el jefe que difícilmente se resienten.
- Dar ejemplo. El jefe del equipo, tiene que conocer la
actividad mejor que los integrantes del equipo y ser eficaz tanto en la gestión
del tiempo como en la transmisión del conocimiento.
- Estilo de dirección flexible. Establecer normas innecesarias
y obligar a cumplirlas es el principio del fin para un equipo de ventas. La
convicción de que el jefe está haciendo lo mejor para el equipo es más positivo
para sus integrantes que creerlo por obligación.
- Consecución del objetivo de ventas. Fijarse un objetivo de
ventas y festejar cada logro ayuda a seguir el camino.
- Política retributiva adecuada. Todos trabajamos por dinero.
Tan injusto es pagar más a quién se esfuerza menos como no compensar los
desvelos de algunos de los integrantes del equipo.
- Gama de productos competitiva. El vendedor debe estar
orgulloso de las soluciones que sus productos aportan a los clientes. Tener la
solución y no disponer de le producto para lograrla frustra a los vendedores.
Ellos son la cara de la empresa y del producto ante el cliente.
- Sistemas de trabajo ágiles y competitivos. La división del
trabajo y la especialización de tareas es la estrategia que permiten a los
vendedores hacer lo que saben de forma exclusiva: VENDER. La gestión de agenda,
de clientes, de entregas, de cobros o cualquier otra tarea auxiliar debe
realizarla un equipo especializado en esas áreas.
- Disponibilidad de los medios necesarios. Facilitar a los
vendedores los instrumentos que les ayuden a mejorar su labor evita fricciones
en el equipo de ventas. En este sentido, los sistemas de apoyo informáticos
ofrecen una solución excelente para auxiliar a los vendedores en su tarea.
- Sistemas de evaluación del desempeño. Uno de los aspectos
que se debe cuidar es el relativo al control de la actividad de los miembros
del grupo. “Los resultados puede que tarden un ejercicio en reflejarse en las
cuentas de la empresa, pero el comportamiento se refleja de forma inmediata.”
- Formación permanente. No hay nada que satisfaga más a un vendedor
que conocer todas las aplicaciones de los productos que vende. Dominar y
conocer al dedillo su producto le aporta seguridad frente a los clientes y le
permite proponer soluciones que faciliten el trabajo a su cliente. Esa actitud
de salvador frente a los clientes refuerza su imagen.
ENSEÑAR CON EL EJEMPLO
Un elemento decisivo en la
motivación de los vendedores es el jefe de equipo. Debe conocer que es lo que
motiva a cada colaborador y cuando pulsar las teclas que activan a sus
vendedores.
Al jefe de equipo hay que
pedirle una serie de características, que comparta lo que sabe y que aprenda
constantemente. El jefe debe crear un clima propicio, y debe:
·
Apoyarse más en la autoridad moral que en el
poder formal.
·
Procurar los recursos precisos.
·
Enriquecer el puesto de trabajo.
·
Facilitar el desarrollo de sus colaboradores.
·
Impulsar el espíritu de trabajo.
·
Alentar la creatividad y la innovación
individual en el equipo.
SI NO SABEMOS MOTIVAR
Al menos nos queda el
consuelo de saber las actitudes que debemos evitar:
- Dar respuestas vagas y poco claras cuando un
colaborador quiera saber lo que se espera de él o despacharlo lo más rápido
posible.
- Elaborar una lista de reglas innecesarias y
superfluas que deben ser cumplidas escrupulosamente por el equipo.
- Planificar reuniones improductivas e
innecesarias y obligar a que asista todo el equipo.
- Estimular la competitividad interna entre los
miembros del equipo.
- Olvidar a propósito la difusión de informaciones
importantes que impidan que tus colaboradores puedan sacar el máximo provecho a
sus cualidades.
- No utilizar las indicaciones y experiencias de
tus colaboradores aunque sean buenas, y menos aún aplicarlas en el día a día.
- Desaprovechar el talento de tus colaboradores y
no asignar más responsabilidades a los más eficientes y eficaces.
- No preguntar nunca a tus colaboradores si están
desmotivados.
- No enmendar los errores, ni arreglar las cosas
mal hechas. De esa manera, los miembros del equipo que hacen bien su trabajo se
sentirán explotados.
- Tratar a tus colaboradores de forma injusta.
Hacerles promesas que no podrás cumplir, y sobre todo, no reflejar por escrito
esas promesas.
En las ventas, la moral es un
asunto de primerísimo orden. Esto requiere ciertas capacidades en los
directivos y en los responsables de equipo, entre los que resultan
especialmente valoradas una comunicación dialogante, una actuación motivadora y
una dirección honesta y convincente.
No hay fórmulas mágicas, pero si
una fórmula matemática:
Una buena adaptación entre el
hombre y su trabajo + una buena formación + una buena remuneración + una buena
dirección. Un sueldo miserable no se puede compensar con golpecitos en la
espalda. Existen patrones comunes en la motivación.
- Comunicación. Es imprescindible una buena
comunicación en ambos sentidos entre el jefe del equipo y los miembros del
mismo. Las formas y el modo en que se expresan las críticas determinan también
la calidad de esa relación. La comunicación permite identificar trabas que
impiden lograr objetivos.
- Formación. Debe tener 2 vertientes, una
técnica y otra profesional. Hay que enseñar todos los detalles del producto y
familiarizar la vendedor con él. Este debe observar en acción a vendedores más
veteranos para aprender claves y argumentos de venta.
- Impulso. Los buenos vendedores suelen estar
más automotivados, pero no pueden autoimpulsarse. Por eso, hay que motivar
individualmente, observando las diferentes personalidades y necesidades.
Enseñarles a competir con ellos mismos, no contra otros.
- Entrenamiento. Los responsables de ventas deben
dejar su despacho y salir con sus vendedores. Intercalar críticas positivas con
negativas y tras cada visita analizar la operación. Un buen entrenador ofrece
guía y liderazgo, un jefecillo dirige a través del miedo.